¿Mis lentes son de uso permanente?

¿Debo usar mis anteojos todo el día?

Es común que las personas se pregunten si realmente deben usar los anteojos todo el día. Algunas veces, la duda surge después de una consulta con el oftalmólogo o al obtener una receta nueva. Las preguntas más frecuentes son: “¿Es mi aumento de uso permanente?” o “¿Qué pasa si no uso mis anteojos?” La realidad es que, en la mayoría de los casos, cuando el oftalmólogo te indica que necesitás corrección visual, esta debe ser utilizada de manera constante. Esto incluye correcciones para miopía, astigmatismo, hipermetropía y presbicia, así como sus combinaciones.

Es importante entender que, aunque en general se recomienda un uso diario, existen algunas excepciones en las que la corrección visual podría no ser de uso constante.

Excepciones a la corrección permanente:

  • Presbicia y lentes monofocales para cerca: Si sos présbita y tus lentes están diseñados exclusivamente para visión cercana, como en los casos de lentes monofocales para cerca, entonces deberás usar esos lentes solo cuando realices actividades que impliquen visión cercana, como leer o escribir. Si los usás para ver de lejos o para distancia intermedia, lo más probable es que la visión sea borrosa en esas distancias. Esto sucede porque los lentes de cerca están hechos específicamente para tareas a corta distancia y no están diseñados para la visión lejana. 

  • Miopía y edad superior a 45 años: Si sos miope y tenés más de 45 años, es posible que tus lentes monofocales para miopía te resulten incómodos para ver de cerca, y te des cuenta que ves mejor sin necesidad de usarlos. Esto sucede porque las personas miopes ven mejor de cerca - o de muy cerca- y mal de lejos. Sin embargo, si tenés astigmatismo además de miopía, te sugerimos que sigas usando tus anteojos para las tareas cercanas. En estos casos, si la visión de cerca te dificulta, lo ideal sería usar cristales multifocales, que permiten ver claramente tanto de cerca como de lejos, sin tener que intercambiar de lentes.

  • Corrección baja y deportes de impacto: Sea cual sea tu corrección visual y si vas a realizar deportes de impacto, te recomendamos usar lentes de contacto. Los lentes de contacto son más seguros para estos deportes, ya que no corren el riesgo de caerse o romperse como los anteojos, así como tampoco tus ojos o tu rostro corren riesgo de lesiones. Si tu graduación es muy baja, podés optar por quitarte los anteojos temporalmente sin mayores consecuencias.

¿Qué pasa si no uso mis anteojos?

Si tenés una corrección visual indicada y decidís no usar tus anteojos, estarás forzando tu sistema visual más de lo necesario. Aunque no sientas que no ves bien, tu vista estará trabajando más de lo que debería, lo que puede generar varios síntomas denominados astenópicos. 
Estos síntomas incluyen:

  • Cansancio ocular: Sentirás fatiga o cansancio en los ojos después de leer o trabajar en la computadora.

  • Pesadez y calor en los ojos: Tus ojos podrían sentirse pesados, con una sensación de calor alrededor de la zona ocular o en el área periorbitaria.

  • Irritabilidad: La incomodidad visual puede causar que te sientas más irritable o con menos paciencia.

  • Falta de concentración: Es posible que, al no usar la corrección visual, tengas dificultades para concentrarte en tareas que requieren visión precisa, como leer o estudiar.

Por estas razones, es fundamental que sigas las indicaciones de tu oftalmólogo para asegurar que tu visión no se vea comprometida. No usar tus lentes indicados puede traer consecuencias a largo plazo, además de hacer que tu experiencia diaria sea menos cómoda.

Elegir el anteojo adecuado

Cuando se trata de elegir los lentes, ya sea para una primera vez o para una renovación de tus anteojos, te recomendamos tomarte el tiempo necesario para seleccionar la montura adecuada. Es importante que la montura sea cómoda, que te quede bien y se ajuste a tu rostro, para que no te resulte incómoda después de un largo día de uso. Asegurate de que no te quede demasiado ajustada ni demasiado suelta, ya que esto puede afectar tu comodidad y la visión.

No olvides que, además de la comodidad, la estética es importante. Es fundamental que te gusten los anteojos que elijas, porque al fin y al cabo, ¡los vas a usar todo el día! Si elegís una montura que te gusta y te sentís identificado, será mucho más probable que no quieras quitártelos.

Además, al momento de elegir el cristal, prestá atención a las características que ofrece cada opción. Muchas veces, la comodidad visual está directamente relacionada con las prestaciones del cristal. Por ejemplo, si pasás mucho tiempo frente a pantallas, te sugerimos optar por cristales con filtro de luz azul, que protegen tus ojos de la luz nociva que emiten los dispositivos digitales.

¿Tenés dudas sobre cómo aplica esto a tu receta?

Si no estás seguro sobre cómo aplicar todo esto a tu propia receta, o si tenés dudas acerca de qué tipo de lentes elegir, no dudes en contactarnos. Estamos aquí para asesorarte y ayudarte a elegir los mejores lentes para tu comodidad y estilo de vida. Podés escribirnos en los comentarios, contactarnos por WhatsApp o agendar una consulta personalizada para recibir asesoramiento de forma personal.

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